divendres, 29 d’octubre del 2010
Anuncis persuasius via sentiments
NECESITO COMER (Spot Creu Roja)
A ellos la rebanada nunca les cae por el lado de la mantequilla (Children Catering Foundation)
Busco médula (Fundación Josep Carreras)
A ellos la rebanada nunca les cae por el lado de la mantequilla (Children Catering Foundation)
Busco médula (Fundación Josep Carreras)
dijous, 28 d’octubre del 2010
Gran hermano y OT, dos realidades, artículo buenísimo...!!!
"Los creadores de sendos programas televisivos, Gran Hermano y Operación Triunfo, que ya parecen crón ...icos en nuestras pantallas, han diseñado, seguramente sin proponérselo, dos modelos generacionales de la España actual, de la España joven. Por un lado están los chicos de Gran Hermano y por el otro los de Operación Triunfo.
Los de Gran Hermano crean un ambiente golferas, muy ligón, tedioso de imaginación o de falta de imaginación, enredoso de chismes y confuso de gente a medio vestir o a medio desnudar. Se corresponde esta selección humana con toda una generación que anda por la calle buscando trabajo o buscando no encontrarlo, esperando la fiebre del viernes noche y chupando litrona sin imaginación ni gracia para el diálogo y la convivencia, como vemos en sus espacios televisivos. Son diez o quince, pero en la calle son diez o quince mil en cada barrio proleta y populoso. Una juventud perdida a la que ningún Gobierno, de derechas ni de izquierdas, ha encontrado camino, oficio ni beneficio. Viven con sus padres, comen de lo que hay, roban lo que sobra y empujan lo que pueden.
Por el otro lado, dentro de la misma generación pero a distinto nivel social, están los de Operación Triunfo, que también tomo de la calle, no de la tele, y que son clase media/media, midle/midle class, chicos y chicas que también viven con los padres, pero que están a punto de encontrar una oficina y son algo así como los snobs del ocio. Estos de Operación Triunfo se lavan más la cabeza, las chicas van como para hacerles la prueba del algodón en el culito, resplandecientes, con ropa progre pero de boutique, guapas y perfumadas, tan perfumadas que sólo con salir en la pantalla dejan la salita hecha un jardín de fragancias.
Aquí tenemos, pues, las dos mitades en que se divide la juventud española actual. Todos ociosos, porque hay mucho paro y porque ellos no saben hacer demasiadas cosas, pero unos abandonados, vestidos de perdedores, arruinados humanamente a los 20 años, y los otros vestiditos, guaperas como dirían ellos y no yo, disciplinados, modernos en plan fino y entregados a la trampa del consumo, porque la sociedad nunca les va a regalar los dones que ahora les presta para un concurso. Entre unos y otros, uno preferiría un término medio de chicos y chicas preparados para trabajar, para vivir, para construir el entramado de una sociedad que es algo más que botas de puntera y solfeo.
Ni nuestro socialismo ni nuestro liberalismo han sabido resituar a estos chicos en la nueva sociedad española. Unos van para ricos imposibles y otros para mendigos también imposibles. Tendrán que ponerse a trabajar tarde y mal. Lo de Gran Hermano es un sueño turbio de mala novela americana y lo de Operación Triunfo es un sueño rosa de academia francesa para delfines de la aristocracia que aquí no hay o, si los hay, no pierden el tiempo en esas cosas sino que se hacen ingenieros industriales para administrar las propiedades de papá, sin corazón latino ni leches. Así pues, se trata de dos sueños imposibles cultivados por las televisiones nacionales con más intención de ganar dinero y audiencia que de ayudar socialmente a nadie.
(Francisco Umbral: diario “El Mundo”)
Los de Gran Hermano crean un ambiente golferas, muy ligón, tedioso de imaginación o de falta de imaginación, enredoso de chismes y confuso de gente a medio vestir o a medio desnudar. Se corresponde esta selección humana con toda una generación que anda por la calle buscando trabajo o buscando no encontrarlo, esperando la fiebre del viernes noche y chupando litrona sin imaginación ni gracia para el diálogo y la convivencia, como vemos en sus espacios televisivos. Son diez o quince, pero en la calle son diez o quince mil en cada barrio proleta y populoso. Una juventud perdida a la que ningún Gobierno, de derechas ni de izquierdas, ha encontrado camino, oficio ni beneficio. Viven con sus padres, comen de lo que hay, roban lo que sobra y empujan lo que pueden.
Por el otro lado, dentro de la misma generación pero a distinto nivel social, están los de Operación Triunfo, que también tomo de la calle, no de la tele, y que son clase media/media, midle/midle class, chicos y chicas que también viven con los padres, pero que están a punto de encontrar una oficina y son algo así como los snobs del ocio. Estos de Operación Triunfo se lavan más la cabeza, las chicas van como para hacerles la prueba del algodón en el culito, resplandecientes, con ropa progre pero de boutique, guapas y perfumadas, tan perfumadas que sólo con salir en la pantalla dejan la salita hecha un jardín de fragancias.
Aquí tenemos, pues, las dos mitades en que se divide la juventud española actual. Todos ociosos, porque hay mucho paro y porque ellos no saben hacer demasiadas cosas, pero unos abandonados, vestidos de perdedores, arruinados humanamente a los 20 años, y los otros vestiditos, guaperas como dirían ellos y no yo, disciplinados, modernos en plan fino y entregados a la trampa del consumo, porque la sociedad nunca les va a regalar los dones que ahora les presta para un concurso. Entre unos y otros, uno preferiría un término medio de chicos y chicas preparados para trabajar, para vivir, para construir el entramado de una sociedad que es algo más que botas de puntera y solfeo.
Ni nuestro socialismo ni nuestro liberalismo han sabido resituar a estos chicos en la nueva sociedad española. Unos van para ricos imposibles y otros para mendigos también imposibles. Tendrán que ponerse a trabajar tarde y mal. Lo de Gran Hermano es un sueño turbio de mala novela americana y lo de Operación Triunfo es un sueño rosa de academia francesa para delfines de la aristocracia que aquí no hay o, si los hay, no pierden el tiempo en esas cosas sino que se hacen ingenieros industriales para administrar las propiedades de papá, sin corazón latino ni leches. Así pues, se trata de dos sueños imposibles cultivados por las televisiones nacionales con más intención de ganar dinero y audiencia que de ayudar socialmente a nadie.
(Francisco Umbral: diario “El Mundo”)
diumenge, 17 d’octubre del 2010
Apunt al natural
PLAÇA UNIVERSITAT – BAR ESTUDIANTIL
Allà hi era jo. Assaguda en la taula d´un bar en el centre de la ciutat condal, contemplant com tot allò que m´envoltava girava a un ritme frenètic.
Cotxes, motocicletes, autobusos, viandants... Com autèntics desconeguts que són es creuen sense dirigir-se paraula, sense mirar-se, sense tocar-se. Amb moviments perfectament acompassats. Una sincronització que els apropa més a una màquina que a un ésser viu.
Al meu costat puc observar com altres persones jeuen en les seves cadires. Xerrant distessament sobre temes intrascendents, que si el Barça ja no és el que era, que si la situació actual no té sortida, que on anirem a parar amb les mesures del tripartit... Altres aborden converses que s´allunyen de la quotidianitat. Aborden la seva relació de parella, si val la pena la lluita diària per a un final incert, què ens depararà el futur...
En mig d´aquella esquizofrènia que combina la profunditat filosòfica i l´insoportable penúria del dia a dia, sento una veu amb un clar accent sudamericà que amb la seva pregunta em fa tornar a la realitat:
-Señorita, ¿qué va a ser?
-Una Coca-Cola...¡Cero por favor!
El sol apreta de valent. Mai un diria que estem a mitjans d´octubre. L´escena es ben bé estiuenca: nois amb pantalons curts i camisetes estampades, les noies amb vestits blancs moda Adlib o amb colors histriónics, els marrecs jugant a la pilota... Tan sols les persones ja entrades en una certa edat semblen alienes a les manifestacions tèrmiques.
Aquest sol de justícia em dificulta poder veure amb tot el seu esplendor l'espectacle d´edificis que hi ha al meu voltant: un estil eclèctic on es combina l´impressionant façana de la UB, amb cases modernistes i que malgrat tot no sempre desentona amb d´altres de construcció actual.
Tinc la sensació d´espai, de llibertat, de lleugeressa. La sensació de formar part d´aquest esboixarrat ambient de circ on cada un de nosaltres representa el seu paper sense prendre consciència que estem en el teatre de la vida...
-Su Cola, señorita. Serán 3€.
Li pago al noi i em contesta amb un somriure natural... Els tres euros m´han fet tornar un altre cop a la realitat.
Allà hi era jo. Assaguda en la taula d´un bar en el centre de la ciutat condal, contemplant com tot allò que m´envoltava girava a un ritme frenètic.
Cotxes, motocicletes, autobusos, viandants... Com autèntics desconeguts que són es creuen sense dirigir-se paraula, sense mirar-se, sense tocar-se. Amb moviments perfectament acompassats. Una sincronització que els apropa més a una màquina que a un ésser viu.
Al meu costat puc observar com altres persones jeuen en les seves cadires. Xerrant distessament sobre temes intrascendents, que si el Barça ja no és el que era, que si la situació actual no té sortida, que on anirem a parar amb les mesures del tripartit... Altres aborden converses que s´allunyen de la quotidianitat. Aborden la seva relació de parella, si val la pena la lluita diària per a un final incert, què ens depararà el futur...
En mig d´aquella esquizofrènia que combina la profunditat filosòfica i l´insoportable penúria del dia a dia, sento una veu amb un clar accent sudamericà que amb la seva pregunta em fa tornar a la realitat:
-Señorita, ¿qué va a ser?
-Una Coca-Cola...¡Cero por favor!
El sol apreta de valent. Mai un diria que estem a mitjans d´octubre. L´escena es ben bé estiuenca: nois amb pantalons curts i camisetes estampades, les noies amb vestits blancs moda Adlib o amb colors histriónics, els marrecs jugant a la pilota... Tan sols les persones ja entrades en una certa edat semblen alienes a les manifestacions tèrmiques.
Aquest sol de justícia em dificulta poder veure amb tot el seu esplendor l'espectacle d´edificis que hi ha al meu voltant: un estil eclèctic on es combina l´impressionant façana de la UB, amb cases modernistes i que malgrat tot no sempre desentona amb d´altres de construcció actual.
Tinc la sensació d´espai, de llibertat, de lleugeressa. La sensació de formar part d´aquest esboixarrat ambient de circ on cada un de nosaltres representa el seu paper sense prendre consciència que estem en el teatre de la vida...
-Su Cola, señorita. Serán 3€.
Li pago al noi i em contesta amb un somriure natural... Els tres euros m´han fet tornar un altre cop a la realitat.
divendres, 15 d’octubre del 2010
Vista des del FNAC. Lluís Coderch
L'home de faccions orientals té una manera d'observar desinteressada, com si ho hagués fet tota la vida, amb els braços creuats, imposant la seva mirada a tot allò que és mou pel seu davant. Mostra absoluta indiferència per la meva arribada.La multiculturalitat és omnipresent. La música dance sembla que no inquieta ningú, i encara menys a l'home de faccions orientals. Ara, per primer cop somriu.
El somriure es transforma en un esclat de rialles, espero no ser jo l'objecte de la seva diversió, encara que ell tampoc espera ser l'objecte del meu text. A mà dreta un home d'edat avançada, cabells blancs,una jaqueta verdosa, em dirigeix la mirada. En el meu entendre li deu semblar sorprenent la meva actitud d'escriure allò que veig. Repeteix el moviment d'apropar la taça de cafè lentament als llavis, sembla ser una manera de fer que compartim tots els que estem sentats en aquest petit cafè anomenat Brasilia.
Porto ja uns 20 minuts enmig de les imponents estructures del centre comercial, observant. L'única paraula que he pogut entendre ha sigut comprar, almenys així comprovo que probablement , la gent ve amb una única intenció.
Més enllà del oasis de tranquil·litat que suposa el cafè, tot és mou.Cartells publicitaris en moviment, bosses que és columpien constantment. En la profunditat, el trànsit no para mai quiet. El que més hem sobta són les mirades de la gent, sempre buscant .I no parant atenció a res, només reben xocs constants d’estrident publicitat.
Les botigues que particularment més m'impresionen, són en primer lloc, una botiga de roba anomenada Dotze de Cors que utilitza unes dones tremenda-ment atractives com a carta de presentació.A unes vint passes, també fent al·lusió al cor en el seu eslògan, hem xoco amb "habitat", el color rosa abunda.I finalment el groc FNAC, la practicitat en persona.
La temperatura és ideal, tant ideal que és impossible que sigui objecte del típic intercanvi de paraules fàtiques.
Com la majoria de coses del món on ens trobem, existeix un aspecte ocult. En aquest muntatge consumista, les càmeres es troben en els llocs més inesperats. Extranyament els preus de grans dimensions que volten per la zona sempre acaben en 9. No és això una màquina especialitzada del engany? La música dance no és res més que la dissimulació del sorollós espai en que em trobo. Tot és artificial, la llum no m'escalfa però la temperatura segueix sent ideal. Tinc la sensació que tot el que m'envolta està estratègicament situat per captar la meva atenció. Orgullosament l'home oriental del meu davant ha vençut al geni maligne, la seva camisa blanca i els seus texans ressalten més que la més atractiva dona.Potser perquè és real.La seva naturalitat supera tot la enginyeria del creador d'aquest espai.
Per cert, recomano el cafè amb llet que m'he pres, especialment si el prens a la taula abrigada per la columna, i si per sort et trobes amb una camisa blanca, uns texans i una mirada desinteressada podràs sentir el que jo he sentit.
El somriure es transforma en un esclat de rialles, espero no ser jo l'objecte de la seva diversió, encara que ell tampoc espera ser l'objecte del meu text. A mà dreta un home d'edat avançada, cabells blancs,una jaqueta verdosa, em dirigeix la mirada. En el meu entendre li deu semblar sorprenent la meva actitud d'escriure allò que veig. Repeteix el moviment d'apropar la taça de cafè lentament als llavis, sembla ser una manera de fer que compartim tots els que estem sentats en aquest petit cafè anomenat Brasilia.
Porto ja uns 20 minuts enmig de les imponents estructures del centre comercial, observant. L'única paraula que he pogut entendre ha sigut comprar, almenys així comprovo que probablement , la gent ve amb una única intenció.
Més enllà del oasis de tranquil·litat que suposa el cafè, tot és mou.Cartells publicitaris en moviment, bosses que és columpien constantment. En la profunditat, el trànsit no para mai quiet. El que més hem sobta són les mirades de la gent, sempre buscant .I no parant atenció a res, només reben xocs constants d’estrident publicitat.
Les botigues que particularment més m'impresionen, són en primer lloc, una botiga de roba anomenada Dotze de Cors que utilitza unes dones tremenda-ment atractives com a carta de presentació.A unes vint passes, també fent al·lusió al cor en el seu eslògan, hem xoco amb "habitat", el color rosa abunda.I finalment el groc FNAC, la practicitat en persona.
La temperatura és ideal, tant ideal que és impossible que sigui objecte del típic intercanvi de paraules fàtiques.
Com la majoria de coses del món on ens trobem, existeix un aspecte ocult. En aquest muntatge consumista, les càmeres es troben en els llocs més inesperats. Extranyament els preus de grans dimensions que volten per la zona sempre acaben en 9. No és això una màquina especialitzada del engany? La música dance no és res més que la dissimulació del sorollós espai en que em trobo. Tot és artificial, la llum no m'escalfa però la temperatura segueix sent ideal. Tinc la sensació que tot el que m'envolta està estratègicament situat per captar la meva atenció. Orgullosament l'home oriental del meu davant ha vençut al geni maligne, la seva camisa blanca i els seus texans ressalten més que la més atractiva dona.Potser perquè és real.La seva naturalitat supera tot la enginyeria del creador d'aquest espai.
Per cert, recomano el cafè amb llet que m'he pres, especialment si el prens a la taula abrigada per la columna, i si per sort et trobes amb una camisa blanca, uns texans i una mirada desinteressada podràs sentir el que jo he sentit.
Apunts al natural
Apunte al natural
C/Joaquim Costa con C/ Del Carmen
Me encuentro en una calle estrecha y alargada. La primera impresión que me ofrece este lugar es deprimente. Un aire cargado, viciado, se ha adueñado de la zona. Suciedad, angustia, melancolía, son adjetivos que
No podría decir el color de las paredes y las puertas de las casas con seguridad puesto que están pintadas, sucias , descoloridas por el paso del tiempo y el profundo abandono de la calle. Todo parece viejo, antiguo, apagado, me encuentro en un barrio marginal. La policía acudía sin cesar. Desde mi perspectiva he visto dos motos y un coche que pasaban lentamente inspeccionando el panorama. La causa de esto debe ser el carácter problemático de la zona. Abunda la inmigración, casi es extraño ver a alguna persona que no sea sudamericana o asiática. La mayoría de las tiendas son pakistaníes. Abominan los tonos oscuros, grises, los rayos del sol apenas rozaban la calle, exacerbando aun más la profunda pesadez y tristeza del lugar.
En medio de esta pobreza espiritual, aparece una niña pequeña acompañada de su madre, dando saltos, cargada de energía. Llama la atención por allá donde pasa, aliena a la pobreza circundante, vestida de blanco irradia felicidad, bondad, luz. Es un elemento discordante dentro de la amargura que transmite el lugar.
Plaça Joan Coromines
Aquest barri representa la multicultura en estat pur. Només cal passejar un estona per fer-te una idea de la realitat que viu Barcelona. Aquest és un barri que no entén de fornteres ni de races. Si observo amb detall el que passa en aquesta plaça veig a paquistanís jugant a cricket, nòrdics i asiàtics practiant skateboard, famílies occidentals passejant i a un grup de joves xerrant, on probablement hi han tantes nacionalitats com persones. És embriagador veure com tantes cultures diferents poden conviure en un mateix espai sense entrar en conflicte. És com si estiguéssin donant una lliçó de convivència i tolerància a les persones que, per xenofòbia o ignorància, no els volen aquí.
Quan camino pels carrers del Raval tinc la sensació de que he deixat de banda el bullici de la ciutat, el ritme frenètic que s’hi respira. És com si de cop em trobés en una ciutat totalment diferent. Una ciutat on no importa d’on véns, com ets ni quant téns. M’hi sento bé. M’agrada veure que a Barcelona encara existeix un lloc on escapar-se del soroll i la contaminació de la gran ciutat. És com tenir una petita illa on anar enmitg d’un mar que m’ofega.
Plaça Universitat, una mostra del dinamisme urbà
Plaça Universitat, un escenari dinàmic, urbà, barceloní i cèntric. Avui ens mostra la seva capacitat de canvi. El motiu? Un recinte vallat de metall gris s’emporta gran part de la plaça i de la seva faceta més quotidiana. Els skaters esperen impacients que el seu espai torni a la normalitat per a poder patinar de nou. S’agrupen i conversen enlloc de saltar, caure, aixecar-se i tornar a saltar.
La gent mira encuriosida l’interior del recinte improvitzat. “Vius la moda?...La moda és al carrer!” anuncien els cartells penjats de les valles. Tot intrigats, els ciutadans que passegen pregunten sobre l’esdeveniment que tindrà lloc en breu a la guàrdia urbana, que vigila que no passi res d’imprevist. Dins del recinte destaquen tres pavellons negres, l’un enganxat a l’altre, formant una fila. Més enllà dels pavellons, una pasarel·la de color vermell, per on desfilaran els i les models, dóna un toc diferent i divertit a la plaça. Entre la pasarel·la i els bancs negres que els skaters desgasten a diari llimant les seves taules, s‘hi ha construït, amb cadires blanques de plàstic, un espai per al públic que observarà l’esdeveniment.
El sol es comença a amagar, l’ombra i un clima fred de tardor es comencen a apoderar de l’escenari. Al voltant de la mítica plaça, els cotxes circulen amb normalitat, produïnt sorolls típics de ciutat, com traient importància a l’ambient que es respira a Plaça Universitat.
El sol es comença a amagar, l’ombra i un clima fred de tardor es comencen a apoderar de l’escenari. Al voltant de la mítica plaça, els cotxes circulen amb normalitat, produïnt sorolls típics de ciutat, com traient importància a l’ambient que es respira a Plaça Universitat.
L'encant del carrer Tallers
El soroll aclapara. Em trobo immersa en un carrer que no coneix el silenci, la sensació de calma o l’estabilitat. L’ordre social queda alterat per un tipus de música molt peculiar com és el rock o la metàlica combinats amb heavy. Ni el Zara ni el Corte Inglés tenen dret a vendre al carrer Tallers del barri del Raval de Barcelona. Aquí sobra el que és convencional per donar pas a l’exotisme de la moda.
Es respira un aire càlid ,que no se sap si és pel sol o perquè el fum de les cigarretes amanides amb substàncies verdes i nocives l’acompanyen, que convida a passejar per un dels racons més emblemàtics de Barcelona i que és encapçalat per les Rambles.
Gent que passeja, que corre, que fa tard o que té tot el temps del món per pedre’s sola i de sentir-se acompanyada alhora és protagonista d’un escenari improvitzat i caòtic on regna la multicultura i l’oci més estrambòtic. Un escenari on els actors no cobren ni segueixen cap guió, un escenari on sembla que l’actuació no acabi mai.
Tot plegat, una dosi elevada d’entreteniment que caracteritza els carrers del Raval i que fascina a qui els desconeixia.
Sembla mentida que d’entre tant de trànsit i de bullici, hi pugui trobar el meu espai per escriure’n una reflexió. Hiha tanta diversitat d’estils i de maneres de veure el món, que m’hi sento insignificant i a gust alhora.
És un dels racons més melancòlics d’una ciutat que no dorm però que reserva un espai a totes les ilusions sommiades.
Apunt al natural
L’entrada de la boqueria
La boqueria, un dels mercats més importants de Barcelona, capta l’atenció de milers de visites cada dia. Jo em trobo a l’entrada envoltada de centenars de persones que entren i surten del mercat o simplement es queden a la porta per contemplar l’entrada.
La gran entada de la boqueria composta per imatges de diferents animals com coloms i peixos, feta amb grans vidres de colors grocs i blaus, a aquesta hora de la tarda, deixa passar els últims rajos de sol del dia i per aquest motiu és un punt on es concentren moltes càmeres per fer fotografies. Tal bellesa, capta també l’atenció de vàries càmeres de televisió que es dediquen a gravar a la gent que decideix passar una estona del dia allà.
Aquest mercat capta l’atenció de moltes persones cada dia i sobte la diversitat cultural i d’estils que s’hi contemplen, ja que atrau des de turistes, a noies amb vestits extravagants, a nois amb tatuatges i pírcings, fins a indigents. Tanta gent fa impossible veure l’interior del mercat ja que es troba col·lapsat per tota aquesta gent. Els treballadors, ja cansats a aquestes hores, opten per cridar per fer-se camí per poder seguir treballant.
L’entrada del mercat es caracteritza per un ambient amigable i càlid. La gent que hi surt llueix un gran somriure a la boca, bosses de compra a una mà i la gran majoria amb un suc a l’altre. Es respira un aire familiar i sense preocupacions.Tot i que hi ha molt moviment, gent que entra, gent que surt, gent que crida, gent que va amb pressa, gent que busca alguna cosa o algú en concret, es percep la tranquil·litat de cada individu que es dediquen a passejar i admirar el que el mercat de la boqueria els ofereix.
Apunt al natural: La plaça de Castella vista des del bar Sol
LA PLAÇA DE CASTELLA VISTA DES DEL BAR SOL
Recolzada a la paret del carrer Balldonzella, façana del bar Sol, observo detingudament el meu voltant.
A mà esquerra veig el carrer de la meva universitat i, més a prop, la biblioteca, amb els habituals skaters fent les seves cabrioles. El bar Sol sembla tancat, però a través de les reixes m’arriben sons que, deduiexo, són veus amortiguades.
Em fixo llavors en un bonic edifici que s’alça al meu costat i en el qual mai havia reparat fins ara. És de color beix, sembla restaurat i les balconades estan d’allò més aconseguides, cadascuna d’elles decorada amb gran detall. Per un moment m’oblido de tot el que m’envolta i penso en la gran quantitat de cases antigues que hi ha a Barcelona. La imaginació vola i em transporta a l’època en què devien ser construides, mentre que imatges de persones que hi vivien passen davant els meus ulls. Realment l’antiguitat és fascinant. Però el meu estat d’ensomni es trenca amb el plor insistent d’un nadó, arrancant-me d’una sotregada del meu món de fantasies i tornant-me a la realitat. Sóc absorbida de nou pel bullici de la ciutat, mentre els sons i les olors m’invaeixen.
És estrany, em sento petita i insignificant. No sóc ningú, simplement una integrant més d’aquesta enorme massa que és la societat. Un sentiment de soledat m’invaeix, i per combatre’l busco la mirada de la gent que passa. Algunes persones m’observen encuriosides, es deuen preguntar què escric, d’altres passen com si no existís, i una velleta em somriu amablement; no sé per què, això em recomforta.
És curiós el pas minúscul que hi ha entre conèixer o no algú. Fins un moment determinat tu i aquella persona heu sigut desconeguts, i amb uns segons, deixeu de ser-ho per sempre. Sovint fins i tot penses com pot ser que la vida no t’hagi creuat amb ella abans. En fi, la vida és un misteri.
De sobte, una trucada. És la Laura, que es troba a l’altra banda de la plaça. No la veig des d’on sóc, i em pregunto què li passarà. Entre riallades, la Laura em diu que m’acosti al centre de la plaça, que ja veuré. Dit això penja, i jo, encuriosida, m’acosto el suficient per visualitzar un home al mig de la plaça. És calb, gras, i no duu la camiseta. Aquest, comença a cantar i ballar, i a mi m’agafa un atac de riure. Llavors procedeix a baixar-se els pantalons i, quan s’ha assegurat que tota la plaça li ha vist els calçotets, es vesteix i es disposa a marxar. Un altre home, que identifico com el seu amic, es reuniex amb ell rient. Vist aquest espectacle, m’encamino de nou cap a la universitat, mentre les riallades de la gent m’acompanyen una bona part del camí.
Recolzada a la paret del carrer Balldonzella, façana del bar Sol, observo detingudament el meu voltant.
A mà esquerra veig el carrer de la meva universitat i, més a prop, la biblioteca, amb els habituals skaters fent les seves cabrioles. El bar Sol sembla tancat, però a través de les reixes m’arriben sons que, deduiexo, són veus amortiguades.
Em fixo llavors en un bonic edifici que s’alça al meu costat i en el qual mai havia reparat fins ara. És de color beix, sembla restaurat i les balconades estan d’allò més aconseguides, cadascuna d’elles decorada amb gran detall. Per un moment m’oblido de tot el que m’envolta i penso en la gran quantitat de cases antigues que hi ha a Barcelona. La imaginació vola i em transporta a l’època en què devien ser construides, mentre que imatges de persones que hi vivien passen davant els meus ulls. Realment l’antiguitat és fascinant. Però el meu estat d’ensomni es trenca amb el plor insistent d’un nadó, arrancant-me d’una sotregada del meu món de fantasies i tornant-me a la realitat. Sóc absorbida de nou pel bullici de la ciutat, mentre els sons i les olors m’invaeixen.
És estrany, em sento petita i insignificant. No sóc ningú, simplement una integrant més d’aquesta enorme massa que és la societat. Un sentiment de soledat m’invaeix, i per combatre’l busco la mirada de la gent que passa. Algunes persones m’observen encuriosides, es deuen preguntar què escric, d’altres passen com si no existís, i una velleta em somriu amablement; no sé per què, això em recomforta.
És curiós el pas minúscul que hi ha entre conèixer o no algú. Fins un moment determinat tu i aquella persona heu sigut desconeguts, i amb uns segons, deixeu de ser-ho per sempre. Sovint fins i tot penses com pot ser que la vida no t’hagi creuat amb ella abans. En fi, la vida és un misteri.
De sobte, una trucada. És la Laura, que es troba a l’altra banda de la plaça. No la veig des d’on sóc, i em pregunto què li passarà. Entre riallades, la Laura em diu que m’acosti al centre de la plaça, que ja veuré. Dit això penja, i jo, encuriosida, m’acosto el suficient per visualitzar un home al mig de la plaça. És calb, gras, i no duu la camiseta. Aquest, comença a cantar i ballar, i a mi m’agafa un atac de riure. Llavors procedeix a baixar-se els pantalons i, quan s’ha assegurat que tota la plaça li ha vist els calçotets, es vesteix i es disposa a marxar. Un altre home, que identifico com el seu amic, es reuniex amb ell rient. Vist aquest espectacle, m’encamino de nou cap a la universitat, mentre les riallades de la gent m’acompanyen una bona part del camí.
Apunt al natural: La plaça de Castella des del carrer Torres i Amat
LA PLAÇA DE CASTELLA VISTA DES DEL CARRER TORRES I AMAT
Estic asseguda a la gespa del costat del pàrquing de la plaça Castella. El sol només il·lumina la façana dels edificis de la meva esquerra. Tot i així, la plaça està plena de nens. Tots ells d’origen immigrant.
A la meva dreta, un conjunt de noies amb uniforme escolar juga a la corda. Mentre juguen i riuen, criden a les noies que es troben a l’altre costat de la plaça. Aquest ambient de cridòria i diversió no impedeix que un home es descalci, es posi unes ulleres de sol i, recolzant el cap en un arbre, s’estiri a descansar. Els skaters van amunt i avall de la plaça amb els seus monopatins.
A la meva esquerra, una parella asseguda en un banc discuteix, mentre ell menja una amanida de pasta. La terrassa del Cafetarium està gairebé plena. Parelles i amics prenen un cafè o una Coca-Cola mentre conversen tranquil·lament. Al mig de la plaça hi ha un alçat amb gespa i alguns arbres. Un noi recorre el seu relleu mantenint l’equilibri amb els braços estesos. A sota un dels arbres, un noi intenta recuperar amb un pal una pilota que s’ha quedat penjada.
Davant del Col·legi d’Educació infantil i primària Castella un grup de nois està jugant a futbol amb porteries improvisades. De sobte, un fet capta tota la meva atenció. Un home s’ha situat al mig de la plaça, ha deixat la motxilla a terra i ha començat a treure’s la samarreta i els pantalons. Truco a la mar perquè es fixi en ell des d’on està situada. Comença a tocar-se la panxa i a cantar. Quan ha aconseguit que la gent el miri es puja els pantalons, es posa la samarreta i marxa cap al carrer Torres i Amat. Un amic el va a buscar rient, sembla que tot ha estat una aposta. Enmig de la cridòria marxo pel carrer Torres i Amat cap a la universitat.
Estic asseguda a la gespa del costat del pàrquing de la plaça Castella. El sol només il·lumina la façana dels edificis de la meva esquerra. Tot i així, la plaça està plena de nens. Tots ells d’origen immigrant.
A la meva dreta, un conjunt de noies amb uniforme escolar juga a la corda. Mentre juguen i riuen, criden a les noies que es troben a l’altre costat de la plaça. Aquest ambient de cridòria i diversió no impedeix que un home es descalci, es posi unes ulleres de sol i, recolzant el cap en un arbre, s’estiri a descansar. Els skaters van amunt i avall de la plaça amb els seus monopatins.
A la meva esquerra, una parella asseguda en un banc discuteix, mentre ell menja una amanida de pasta. La terrassa del Cafetarium està gairebé plena. Parelles i amics prenen un cafè o una Coca-Cola mentre conversen tranquil·lament. Al mig de la plaça hi ha un alçat amb gespa i alguns arbres. Un noi recorre el seu relleu mantenint l’equilibri amb els braços estesos. A sota un dels arbres, un noi intenta recuperar amb un pal una pilota que s’ha quedat penjada.
Davant del Col·legi d’Educació infantil i primària Castella un grup de nois està jugant a futbol amb porteries improvisades. De sobte, un fet capta tota la meva atenció. Un home s’ha situat al mig de la plaça, ha deixat la motxilla a terra i ha començat a treure’s la samarreta i els pantalons. Truco a la mar perquè es fixi en ell des d’on està situada. Comença a tocar-se la panxa i a cantar. Quan ha aconseguit que la gent el miri es puja els pantalons, es posa la samarreta i marxa cap al carrer Torres i Amat. Un amic el va a buscar rient, sembla que tot ha estat una aposta. Enmig de la cridòria marxo pel carrer Torres i Amat cap a la universitat.
Apunt al natural : Plaça Castella- C/Jovellanos. Carrer Tallers.
Sóc al centre de la plaça Castella, situada a l'inici del carrer Tallers.
Tant a la plaça com al carrer Tallers hi circula un munt de gent.
Alguns caminen, d'altres corren i n'hi ha que estan asseguts. Just on estic assegut sento la olor de puro, una olor bastant desagradable.
No hi ha tranquil·litat, al contrari, tot és xivarri.
Sento com la gent xerra, riu, camina i corre. Observo persones que caminen o corren amb un objectiu fixe.
Una colla de joves, la majoria vestits de negre, estan bevent cerveses i fumant.
Un gos que s'està pixant a la roda de una moto. Bastant graciosa l'escena.
Em sento sol però a la vegada acompanyat.
Acompanyat en el sentit que hi ha gent, és un carrer que està ple però sol ja que no estic amb ningú que realment conec.
Observo una gran quantitat d'immigrants, la majoria podria dir que són marroquins.
Sento el constant soroll de les rodes dels patinets i skaters que no paren de circular pel voltant de la plaça i per tot el carrer.
La diferència que observo entre la plaça Castella i tot el carrer Tallers fins a Jovellanos és que a la plaça, malgrat haver-hi massa gent. Dóna la sensació d'espai i fins i tot m'atreviria a dir de calma. En canvi, pel carrer Tallers fins a Jovellanos es respira un ambient més dens i sense espai.
El temps acompanya bastant, fa un Sol esplèndid. En general, aquest temps anima a la gent a sortir al carrer i a passejar. I si més no, a distreure's.
Tant a la plaça com al carrer Tallers hi circula un munt de gent.
Alguns caminen, d'altres corren i n'hi ha que estan asseguts. Just on estic assegut sento la olor de puro, una olor bastant desagradable.
No hi ha tranquil·litat, al contrari, tot és xivarri.
Sento com la gent xerra, riu, camina i corre. Observo persones que caminen o corren amb un objectiu fixe.
Una colla de joves, la majoria vestits de negre, estan bevent cerveses i fumant.
Un gos que s'està pixant a la roda de una moto. Bastant graciosa l'escena.
Em sento sol però a la vegada acompanyat.
Acompanyat en el sentit que hi ha gent, és un carrer que està ple però sol ja que no estic amb ningú que realment conec.
Observo una gran quantitat d'immigrants, la majoria podria dir que són marroquins.
Sento el constant soroll de les rodes dels patinets i skaters que no paren de circular pel voltant de la plaça i per tot el carrer.
La diferència que observo entre la plaça Castella i tot el carrer Tallers fins a Jovellanos és que a la plaça, malgrat haver-hi massa gent. Dóna la sensació d'espai i fins i tot m'atreviria a dir de calma. En canvi, pel carrer Tallers fins a Jovellanos es respira un ambient més dens i sense espai.
El temps acompanya bastant, fa un Sol esplèndid. En general, aquest temps anima a la gent a sortir al carrer i a passejar. I si més no, a distreure's.
Apunt al natural: Carrer Joaquim Costa
Em trobo al carrer Joaquim Costa, d'en peus davant el teatre Goya, on s'anuncia en un cartell vermell en lletres blanques i negres l'obra Baraka. Al cartell també hi ha una fotografia en blanc i negre dels quatre actors.
Una senyal groga a la meva dreta resumeix la meva primera impressió: el carrer Joaquim Costa està tallat. Concretament, en el segon carrer que el creua (el primer és un carrer només a l'esquerra) veig una tanca groga amb dues senyals de trànsit: prohibit el pas i obligatori girar a la dreta. Tot i que el trànsit de vehicles és molt fluix, la calçada està plena de cotxes aparcats. Aquesta calçada és molt estreta i molt just passen dos cotxes, fet que fa que el carrer sembli molt més estret. Pel que fa la calçada en si, just on estic hi ha un pas de zebra, després una línia contínua groga (prohibit parar i estacionar) d'uns cinc metres de llarg seguida d'una línia contínua verda (àrea de residents) que és on trobem els cotxes aparcats a l'esquerre. Aquesta línia verda recorre tot el llarg de carrer que veig excepte d’un pas de zebra que veig més enllà. A partir de la tanca, el camió, de les obres m'impedeix veure gairebé res més darrere seu. Pel que fa l'acera és molt bruta. Des d'on estic veig totes les parets i aceres plenes de pixats de gos, brossa, cigarretes i rajoles molt desgastades. També hi ha una gran quantitat de xiclets, alguns totalment enganxats i altres més recents encara no ho han fet. Això fa transmetre al carrer una sensació de brutícia i inseguretat, molt general en aquests carrerons.
Trencant aquesta sensació, les façanes dels edificis semblen més nous. El teatre Goya, amb el cartell descrit abans i les seves quatre banderes (Aragó, Catalunya, Espanya i Europa) forma part de l'edifici del Centre Aragonès, un edifici molt bonic, amb unes grans finestres que acaben en forma d'arc i unes columnes de ciment grises que contrasten amb el blau de les finestres, quedant tot molt estètic. Des d'aquí, veig multituds de locals o façanes però els cotxes i la mala vista no m'hi deixen fixar-me millor. Als balcons, sobresurten un parell que tenen banderes ( una de Catalunya i una altra del Futbol Club Barcelona), un parell que tenen moltes plantes i una façana, a uns 10 metres d'on estic, que està en obres i te el típic plàstic verd de precaució per obres. També destaco l'alt nombre de cartells que hi veig des d'aquí ( la gran majoria són de pàrquing o de prohibició d'aparcar), una creu verda lluminosa que indica que hi ha una farmàcia, un cartell de La Caixa que indica també la presencia d'aquesta i una càmera de seguretat que sobresurt d'una tenda.
Al carrer hi ha molta gent tota l'estona creant una sensació de trànsit continuu que el fan un carrer molt viu, he vist persones de totes races i cultures el que també em transmet una sensació de carrer molt multicultural i, en general, és un típic carreró del Raval molt actiu i fotogènic.
Una senyal groga a la meva dreta resumeix la meva primera impressió: el carrer Joaquim Costa està tallat. Concretament, en el segon carrer que el creua (el primer és un carrer només a l'esquerra) veig una tanca groga amb dues senyals de trànsit: prohibit el pas i obligatori girar a la dreta. Tot i que el trànsit de vehicles és molt fluix, la calçada està plena de cotxes aparcats. Aquesta calçada és molt estreta i molt just passen dos cotxes, fet que fa que el carrer sembli molt més estret. Pel que fa la calçada en si, just on estic hi ha un pas de zebra, després una línia contínua groga (prohibit parar i estacionar) d'uns cinc metres de llarg seguida d'una línia contínua verda (àrea de residents) que és on trobem els cotxes aparcats a l'esquerre. Aquesta línia verda recorre tot el llarg de carrer que veig excepte d’un pas de zebra que veig més enllà. A partir de la tanca, el camió, de les obres m'impedeix veure gairebé res més darrere seu. Pel que fa l'acera és molt bruta. Des d'on estic veig totes les parets i aceres plenes de pixats de gos, brossa, cigarretes i rajoles molt desgastades. També hi ha una gran quantitat de xiclets, alguns totalment enganxats i altres més recents encara no ho han fet. Això fa transmetre al carrer una sensació de brutícia i inseguretat, molt general en aquests carrerons.
Trencant aquesta sensació, les façanes dels edificis semblen més nous. El teatre Goya, amb el cartell descrit abans i les seves quatre banderes (Aragó, Catalunya, Espanya i Europa) forma part de l'edifici del Centre Aragonès, un edifici molt bonic, amb unes grans finestres que acaben en forma d'arc i unes columnes de ciment grises que contrasten amb el blau de les finestres, quedant tot molt estètic. Des d'aquí, veig multituds de locals o façanes però els cotxes i la mala vista no m'hi deixen fixar-me millor. Als balcons, sobresurten un parell que tenen banderes ( una de Catalunya i una altra del Futbol Club Barcelona), un parell que tenen moltes plantes i una façana, a uns 10 metres d'on estic, que està en obres i te el típic plàstic verd de precaució per obres. També destaco l'alt nombre de cartells que hi veig des d'aquí ( la gran majoria són de pàrquing o de prohibició d'aparcar), una creu verda lluminosa que indica que hi ha una farmàcia, un cartell de La Caixa que indica també la presencia d'aquesta i una càmera de seguretat que sobresurt d'una tenda.
Al carrer hi ha molta gent tota l'estona creant una sensació de trànsit continuu que el fan un carrer molt viu, he vist persones de totes races i cultures el que també em transmet una sensació de carrer molt multicultural i, en general, és un típic carreró del Raval molt actiu i fotogènic.
Observant l'entrada des de la terrassa del mític bar Zurich
Asseguda en una cadira del mític bar Zúrich de Barcelona, de potes metàl·liques platejades i un respatller. Observo l'edifici del Triangle situat a la Plaça de Catalunya, 1, Carrer Pelai, 39.
L'edifici és de color blanc trencat, entre un beige i un blanc, i s'aixeca sobre lloses també del mateix color on hi ha tres rètols, el primer amb el nom de FNAC, el segon el de Sephora i l'últim amb el nom d'Habitat.
Es troba en una plaça rectangular on hi ha molts vianants voltant de diferents grups socials.
Aquests edifici té sis plantes, totes amb la mateixa composició dividida en dos blocs. El primer bloc es distribueix amb sis finestrals i l'altre amb sis més, per tant creant una composició de 12 fileres en sis pisos.
Des de la meva perspectiva del triangle veiem una separació, que divideix en dos espais l’entrada. En l’espai de la dreta, trobem una botiga de la Hello Kitty, amb un aparador molt destacat, amb les nines de la hello kitty roses i les ulleres ray-ban wayfarer. Dins de l’entrada trobem un panell digital amb diverses imatges. Entre la botiga i l'entrada hi ha una paperera amb el rètol de El triangle.
Per el que fa a l'espai de l'esquerra trobem l'entrada i al costat la papera amb el rètol de El triangle, i la botiga de Watx, on l'aparador està replet de rellotges. Finalment hi ha un rètol on posa l’horari d'aquests establiment.
En aquesta separació que he esmentat del edifici trobem el sostre dividit en sis vidrieres, i la paret d'un color gris merenga. Quant a la il·luminació es distribueix en sis llums que es divideixen en dos focus cadascuna. En relació a la pared lateral, és d'un color blanc trencat repartit en lloses i dividit per dotze llums.
En quan a la temperatura del lloc, és un bastant càlid ja que hi ha molta claror.
L'edifici és de color blanc trencat, entre un beige i un blanc, i s'aixeca sobre lloses també del mateix color on hi ha tres rètols, el primer amb el nom de FNAC, el segon el de Sephora i l'últim amb el nom d'Habitat.
Es troba en una plaça rectangular on hi ha molts vianants voltant de diferents grups socials.
Aquests edifici té sis plantes, totes amb la mateixa composició dividida en dos blocs. El primer bloc es distribueix amb sis finestrals i l'altre amb sis més, per tant creant una composició de 12 fileres en sis pisos.
Des de la meva perspectiva del triangle veiem una separació, que divideix en dos espais l’entrada. En l’espai de la dreta, trobem una botiga de la Hello Kitty, amb un aparador molt destacat, amb les nines de la hello kitty roses i les ulleres ray-ban wayfarer. Dins de l’entrada trobem un panell digital amb diverses imatges. Entre la botiga i l'entrada hi ha una paperera amb el rètol de El triangle.
Per el que fa a l'espai de l'esquerra trobem l'entrada i al costat la papera amb el rètol de El triangle, i la botiga de Watx, on l'aparador està replet de rellotges. Finalment hi ha un rètol on posa l’horari d'aquests establiment.
En aquesta separació que he esmentat del edifici trobem el sostre dividit en sis vidrieres, i la paret d'un color gris merenga. Quant a la il·luminació es distribueix en sis llums que es divideixen en dos focus cadascuna. En relació a la pared lateral, és d'un color blanc trencat repartit en lloses i dividit per dotze llums.
En quan a la temperatura del lloc, és un bastant càlid ja que hi ha molta claror.
Apunt al natural (Andrea Martínez Pros)
LA PLAÇA DE JOAN COROMINES VISTA DES DE EL BAR DE LA FACULTAT DE COMUNICACIÓ BLANQUERNA (UNIVERSITAT RAMON LLULL)
Estic asseguda a la primera taula començant pel final del bar. És a dir, la que està sota el cartell negre amb lletres blanques que posa Blanquerna Sports. Des de la meva cadira i gràcies a la vidriera que recorre tota la paret del bar puc veure la plaça de Joan Coromines.
Al fons veig un gran edifici de color salmó. En aquest puc veure un arc on hi ha una porta semi-oberta amb reixes. Pel que puc observar, l’arc dóna lloc a un altre carrer o una altra plaça. Per sobre d’aquest hi ha dues files de finestres i una d’elles la està rentant una dona. Al costat esquerre de l’arc hi ha un bar. No puc llegir el seu nom. Només sé que la porta té lletres vermelles. Davant d’aquestes hi ha una terrassa amb taules i cadires ocupades per, suposo, estudiants o bé de Blanquerna, o bé de la UB de filosofia, historia i geografia. Al costat d’aquesta terrassa hi ha unes jardineres marrons que contenen uns petits arbustos donant intimitat a algunes taules.
Al fons i a la meva dreta hi ha l’edifici del MACBA. És blanc i té una gran vidriera semicircular. Tot això dóna un cert aire cosmopolita a la plaça. Davant d’aquest hi ha un grup de skaters que patina sobre una petita rampeta que posa: Museu d’art contemporani de Barcelona.
A la meva esquerra i també al fons hi ha una església –diria que romànica– que sembla estar en restauració. I al costat d’aquesta i extenent-se fins a la zona on s’entra a la facultat, un edifici de color granat amb les finestres envoltades de guix. Suposo que també deu estar en restauració. Davant de l’església i l’edifici, hi ha unes tanques de ferro cobertes per tela de sac de color blanc, blau i verd que tapen la zona d’obres. També puc veure com sobresurten dos blocs de maons apilats coberts amb plàstic.
Finalment, i en un pla general, veig una gran esplanada amb terra de color ocre envoltada per tres edificis molt diferents. Quatre contant la nostra facultat.
Aquesta plaça està ocupada per la gent del bar, i tres grups de persones que prenen la fresca. També hi ha un altre grup que grava un anunci. En aquesta plaça i en aquesta hora, no toca el sol. Només hi ha ombra i sembla que fa vent perquè les fulles dels arbres que hi ha repartits es mouen contínuament.
La Boqueria
Els mercats acostumen a ser espais on la gent va a comprar i marxa. Però el mercat de la boqueria està plegat de persones que es queden mirant les paradetes plenes de diversos aliments.
Des de l'interior del mercat veig molts estrangers que compren sucs naturals d'una de les fruiteries. Aquesta és una de les gràcies de la boqueria. Pots comprar sucs que fan allà mateix. Una de les altres gràcies és que fins i tot on hi ha la part més exòtica pots provar animals com escorpins, grills i d’altres. Ara mateix estic veient com una parella ja gran mira amb interès com el venedor està donant per probar un grill a un altre home o per exemple hi ha una familia bastant nombrosa d’estrangers que estan compant molts sucs amb milers de colors: blancs, vermells, taronges, grocs, roses, verds…
La boqueria és pràcticament un edifici turístic i ja no només per les parades amb la diversitat d’aliments si no per la seva grandària. Tot i estar dintre del mercat no he vist ni la meitat de les parades. L’espai és immens, et podries perdre entre el peix i la carn i aparèixer entre les fruites. A més el sostre és molt alt, tot i ser un sostre fosc, entre molta llum. Ja que l’estructura del mercat s’aguanta per columnes i no per parets. D’aquesta manera pots entrar per qualsevol dels cantons, això facilita el transport dels aliments que es fa per la part de darrera. I crea un espai amb molta lluminositat. Creant que tots els colors es vegin més intensos.
Sens dubte la boqueria és un mercat per visitar amb els sentits. Olorar la dolçor de les fruites, assaborir les olives, veure la varietat de colors i atrevir-se a provar l’exotisme que aporta el lloc. Dins de la boqueria et pots embriagar de tot això i més. Fins i tot asseure’t en un tamboret de la parada d’en Quim i beure xampany.
Des de l'interior del mercat veig molts estrangers que compren sucs naturals d'una de les fruiteries. Aquesta és una de les gràcies de la boqueria. Pots comprar sucs que fan allà mateix. Una de les altres gràcies és que fins i tot on hi ha la part més exòtica pots provar animals com escorpins, grills i d’altres. Ara mateix estic veient com una parella ja gran mira amb interès com el venedor està donant per probar un grill a un altre home o per exemple hi ha una familia bastant nombrosa d’estrangers que estan compant molts sucs amb milers de colors: blancs, vermells, taronges, grocs, roses, verds…
La boqueria és pràcticament un edifici turístic i ja no només per les parades amb la diversitat d’aliments si no per la seva grandària. Tot i estar dintre del mercat no he vist ni la meitat de les parades. L’espai és immens, et podries perdre entre el peix i la carn i aparèixer entre les fruites. A més el sostre és molt alt, tot i ser un sostre fosc, entre molta llum. Ja que l’estructura del mercat s’aguanta per columnes i no per parets. D’aquesta manera pots entrar per qualsevol dels cantons, això facilita el transport dels aliments que es fa per la part de darrera. I crea un espai amb molta lluminositat. Creant que tots els colors es vegin més intensos.
Sens dubte la boqueria és un mercat per visitar amb els sentits. Olorar la dolçor de les fruites, assaborir les olives, veure la varietat de colors i atrevir-se a provar l’exotisme que aporta el lloc. Dins de la boqueria et pots embriagar de tot això i més. Fins i tot asseure’t en un tamboret de la parada d’en Quim i beure xampany.
dilluns, 11 d’octubre del 2010
dimarts, 5 d’octubre del 2010
dilluns, 4 d’octubre del 2010
Subscriure's a:
Missatges (Atom)